Historia de Jaris de Mora
El pueblo de
Jaris de Mora forma parte del cantón de Mora y es un ejemplo de comunidad rural costarricense. Su historia está marcada por la agricultura, especialmente por la caña de azúcar y la producción en trapiches. Estas actividades han dado identidad a la zona, al mismo tiempo que han forjado la vida cotidiana de sus habitantes.
A pesar de los cambios con el tiempo, Jaris conserva un ambiente tranquilo, donde las tradiciones campesinas siguen vivas. El visitante encuentra en este pueblo la oportunidad de acercarse a una Costa Rica auténtica, que combina cultura, comunidad y naturaleza.
El cantón de Mora
El cantón de Mora, al que pertenece Jaris, tiene una historia ligada al desarrollo agrícola de la región central del país. Fundado como parte de la expansión de las comunidades rurales, ha mantenido un fuerte vínculo con la tierra y con la vida campesina. Su gente se caracteriza por la hospitalidad y el arraigo a las tradiciones.
Los dueños y su historia
Detrás de este proyecto hay una familia que apostó por cuidar la tierra y compartirla. Las fotos de los dueños trabajando en la huerta, sembrando árboles o colaborando con la comunidad cuentan una historia más íntima y cercana. No se trata solo de un negocio turístico, sino de un sueño familiar hecho realidad.
Cada visitante que llega es recibido con la misma calidez con que se reciben los amigos. Este aspecto humano es parte esencial de la experiencia, ya que quienes se hospedan aquí no solo encuentran cabañas, sino también personas dispuestas a abrir las puertas de su hogar y su historia.
Fiestas y tradiciones locales
El entorno cultural de Jaris incluye celebraciones comunitarias, tradiciones campesinas y la vida alrededor de la iglesia del pueblo. Aunque pequeñas, estas fiestas son auténticas, reflejando la unión de los vecinos y el valor de mantener vivas las costumbres.
Visitar el pueblo en época de fiestas es una manera de conocer de cerca la cultura local: bailes, música típica, comidas tradicionales y la hospitalidad de la comunidad hacen que el visitante se sienta parte de algo más grande. Estas experiencias complementan la estadía en las cabañas.